sábado, 27 de abril de 2013

STOP

Una tarde de viernes, después de una semana de clases agotadora, andaba agobiado por las prisas. Comí rápido para imprimir los materiales de una reunión que tenía, preparé la mochila corriendo y me la colgué, me tomé un café frío con la mochila a cuestas y salí desbocado de casa. Mientras caminaba a ritmo acelerado por la calle, vi de lejos un pequeño revuelo de gente en la puerta de la parroquia. Y cuando llegué a la puerta vi que habían colgado un cartel. Era un cartel de STOP.

No lo habían puesto las autoridades, no había policía para hacerlo cumplir, pero los que estábamos allí nos habíamos parado.



sábado, 20 de abril de 2013

¿Dónde está el Corazón?

Un martes de una mañana de invierno iba caminando por la calle hacia el hospital. Iba a informarme sobre las vacunas que me tenía que poner para ir a Zimbabue a tener una experiencia de verano. Era un día muy bueno: el sol me calentaba el rostro, olía a desayuno: café, pan tostado y churros, un puesto de flores alegraba la vista y la puerta del hospital bullía vida. Todo era luminoso, invitaba a la contemplación y a sentirse muy bien.

Pero en un rincón había algo que desentonaba: un negro pedía dinero. Era una denuncia a la contemplación evasiva y una invitación a la contemplación comprometida. Al preguntarle cómo se llamaba me respondió: "Muy Mal". Creyendo que no me había entendido le repetí la pregunta y respondió: "Que me llamo Muy Mal".

A los pies de Muy Mas había un Corazón, el Corazón de María. Y me fui a casa sin vacuna, con experiencia y cuestionado.

miércoles, 10 de abril de 2013

DE NOMBRES

Mi padre tenía una tía que se llamaba Teresa y siempre habla de ella con muchísimo cariño. Dice que su nombre le evoca muy buenos momentos, siempre divertidos y locos, como era su tía, y que cuando conoce a alguien que se llama como ella, ya le resulta simpática de antemano.

Creo que a todos nos pasa algo parecido y que poco a poco vamos llenando la mochila de nombres que se convierten en medios para experimentar un poco de la alegría profunda que nos hincha el pecho. Este fin de semana he podido experimentar que al pronunciar algunos nombre me salta una chispa de alegría en mi interior: Peter, Gabriel, Charles, Iñaki, Adrián, Martín, Ale, Thomas, Rocky, Francis, Teni, Franklin, Michel...

Porque detrás de cada nombre hay una persona, un hermano, una historia, un regalo y muchas motivaciones que ayudan a caminar con una sonrisa.