miércoles, 10 de abril de 2013

DE NOMBRES

Mi padre tenía una tía que se llamaba Teresa y siempre habla de ella con muchísimo cariño. Dice que su nombre le evoca muy buenos momentos, siempre divertidos y locos, como era su tía, y que cuando conoce a alguien que se llama como ella, ya le resulta simpática de antemano.

Creo que a todos nos pasa algo parecido y que poco a poco vamos llenando la mochila de nombres que se convierten en medios para experimentar un poco de la alegría profunda que nos hincha el pecho. Este fin de semana he podido experimentar que al pronunciar algunos nombre me salta una chispa de alegría en mi interior: Peter, Gabriel, Charles, Iñaki, Adrián, Martín, Ale, Thomas, Rocky, Francis, Teni, Franklin, Michel...

Porque detrás de cada nombre hay una persona, un hermano, una historia, un regalo y muchas motivaciones que ayudan a caminar con una sonrisa.

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